Internet se presenta como una herramienta insegura al alcance de jóvenes inexpertos.
Primero fueron los chats, luego vino Messenger, y después Tuenti y Facebook. La moda de las redes sociales parece no tener fin. Pero muy pocos usuarios conocen el riesgo existente ante la falta de seguridad de estos espacios.
En la actualidad muchos son los jóvenes, la mayoría menores de edad, que se comunican a través de estas plataformas virtuales. Sus fotos, comentarios, y datos personales están inmersos en un limbo digital a mercer de cualquier depravado con un mínimo de conocimientos informáticos.
Pocos padres saben las exigencias de inscripción para formar parte de estos espacios, dirección, número de teléfono o zonas de ocio entre otros.
El problema no se encuentra en los jóvenes, sino en los creadores que dan la opción de rellenar este tipo de campos. Los responsables de este tipo de páginas no imponen ningún tipo de traba para impedir que un menor de edad se abra un perfil en ellas. En su defensa, argumentan que no es posible controlar su acceso. "La red es muy extensa, son los padres los que deben controlar a sus hijos", dicen estos avispados empresarios.
Según los estudios de la Agencia Española de Protección de Datos y el Instituto de Tecnologías de la Comunicación, un 77% de los usuarios que tiene abierto el acceso a su perfil son menores.
Si se restringiera el acceso de todos los adolescentes que entran en dichas redes, estos `yupies´ del ciberespacio perderían su gallina de los huevos de oro.
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