domingo, 27 de diciembre de 2009

FUSQUIMONIS

TÉRMINO que indica la salida de un lugar. Con esta palabra los habitantes de un pequeño barrio, llamado La Cañada, situado en la provincia de Almería, se dirigen a culaquier ser cuando pretenden que éste abandonde el lugar donde está.
Con motivo del Día E o Día del Español, que tuvo lugar el pasado 20 de junio, el Instituto Cervantes lanzó una propuesta: elegir la palabra más bella del diccionario y jugar a inventar otras para incluirlas en él. Se abrió la veda para dar rienda suelta a la imaginación o bien, sacar a la luz el lenguaje popular.
Existen miles de palabras que no están aceptadas por la Real Academia Española de la lengua. Pero que son más usadas que muchas de las que sí están registradas en las páginas de este diccionario tan extenso y a su vez tan limitado.
Limitado, porque la mayor parte de la población española no sabría de que le hablamos si por ejemplo preguntamos qué significa el vocablo Zacapela. Incluso dudarían si existe de verdad o le estamos gastando una broma para pillarlos. En cambio, si la pregunta es si les suena el término Quillo, sin dudarlo nos darían una gran definición.
Hay que reconocer que la Academia cada vez está admitiendo más palabras populares pero insuficientes. El castellano es muy rico y dada la diversidad de culturas que se mezclan en España seguirán surgiendo más y más.
Fusquimonis es mi aportación personal a la propuesta hecha en su día del Instituto Cervantes. No soy de Sevilla, sino una almeriense muy orgullosa de su tierra. Quiero así poner mi granito de arena, para que no sólo sea la capital hispalense la que aporte palabras al futuro Ficcionario, así llamado este diccionario tan particular, sino que sea un libro compuesto por todos.

viernes, 18 de diciembre de 2009

ETERNO DEBATE

¿Si no tienes una lengua propia no tienes una identidad cultural?
¿Por qué los andaluces han de avergonzarse por utilizar el español? ¿Acaso no es el habla de España e históricamente tenemos un habla prestada?
Es muy habitual oír, leer que el andaluz ha de estar orgulloso de su habla “gracioso e ingenioso”. Tampoco ha de avergonzarse. Como dijo Manuel Machado es el castellano más rico (aunque siempre se piense en la parte centro-norte de la Península para ello).
Sería imposible pensar que el andaluz es un idioma, ya que sólo hay que ver la diferencia tan notable que en la misma región existe. Sólo habría que comparar una conversación coloquial de un sevillano y un almeriense, tan solo perceptible al oído, ya que escrito sería un castellano igual y común para todos.
En estudios realizados por Antonio Narbona, sobre las hablas andaluzas, podemos ver según el estudio de su sintaxis las variaciones de este dialecto, no pronuncian las “s” al final de las sílabas o las aspiran en otras ocasiones. Por ejemplo: “Cahco hihtórico”. También se sesea o se cecea. No hay rasgos que sean compartidos por todos los andaluces.
No todos los andaluces hablan andaluz.
“En una España plurilingüe, las hablas andaluzas pueden desempeñar una cohesión y nivelación de nuestro idioma con el mundo hispánico” (Antonio Narbona)
Como diría Salvador Gregorio: “Andalucía tiene lengua propia, sí el español, que es más que el castellano”
¿Acaso critican a Lorca, Machado, Alberti entre otros grandes escritores andaluces por no escribir en andaluz, ya que no hay ni un solo rasgo de pronunciación diferenciado que sea común a toda la región?
En una locución o presentación como un telediario o una conferencia lo más normal es que se haga de forma entendible para todos, usando el castellano, la norma en la distancia, quizás menor el español que nos engloba a todos.
No debemos forzar ni enmascarar nuestra habla pero sí hacernos entendibles.